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Urgen Cambios En FENIFUT (Segunda Entrega)

Escrito Por: Loanny Picado

La situación que atraviesa la Selección Femenina de España ha destapado los problemas que arrastra el fútbol femenino desde su creación. Un reflejo indignante de lo que soportan las jugadoras para poder estar en el equipo nacional.

La Federación de Fútbol de Nicaragua (Fenifut) no es la excepción. Siempre se ha mirado al equipo femenino como el último eslabón en el organigrama de esta entidad deportiva, y se ha manejado de la forma más inoperante porque para las directrices lo principal no es defender los derechos básicos de las jugadoras, es mantenerse en el cómodo puesto que les ha beneficiado por años.

El miedo y presiones se infunden desde la Secretaria General con José María Bermúdez y se extiende a su subordinada, Dalila López, quien se ha encargado del área femenina en la Fenifut por casi dos décadas. El temor a no ser llamadas nuevamente a la selección evita que las jugadoras activas quieran denunciar los problemas que existen, porque protestar en la federación es considerado un acto de subversión y se paga con la salida.

Marjorie Pérez, estuvo diez años en la Selección Nacional Mayor, fue una de las jugadoras clave en un proceso donde se lograron varios resultados alentadores. Sin embargo, las malas condiciones que vivían durante las concentraciones y competencias, además de los malos tratos y diferencias con el cuerpo técnico obligaron a Pérez a no regresar al equipo nacional.

“Nos concentraban en la Escuela de Talentos en Diriamba, dormíamos en condiciones malísimas, con colchones viejos, viáticos paupérrimos y usábamos los mismos uniformes que el de los varones, nos quedaban grandes. Siempre se nos trato por debajo”, cuenta Pérez. Actualmente Marjorie se encuentra en España donde se gana la vida en varios trabajos para poder sobrevivir. La exjugadora piensa que se debe cambiar todo en la Fenifut para que realmente haya un cambio, porque el abuso de poder que ejercen han obligado la salida de varias jugadoras.

“Se necesita que en la federación cambie todo, pero lamentablemente si una habla, lo corren como me pasó a mí y a muchas más jugadoras”, puntualiza.

Xaviera Morales, compartió varios años jugando en el equipo nacional con Pérez, también confirma que nunca fueron valoradas por la federación y que siempre jugaron bajo condiciones muy limitadas. “Cuando íbamos a algún otro país, salimos temprano en un microbús, apiñadas, y de desayuno solo un jugo con sándwich, no recibimos un pago, solo un viático. En realidad nunca nos valoraron, solo recibimos miserias”, relata.

Pérez también comenta que en su época con la selección varias de las convocatorias que hacían fueron hechas por amiguismo o por relación familiar directa con algunos miembros de la federación. “Una vez protesté porque habían convocado a una jugadora que no tenía el nivel y descartaron a otra que si merecía el lugar y por eso me gané de enemigo a un directivo, no volví a la selección porque me quedaba yo o él. Incluso uno de los del cuerpo técnico nos insultaba, no decía idiotas y tontas que no sabíamos ni tocar la pelota ”, explica Pérez.

La salida de Ana Cate y la renuncia de Sheyla Flores

Ana Cate es la única jugadora en el fútbol pinolero que ha participado en la Champions League femenina. En 2014, se convirtió en la primera mujer nicaragüense en jugar profesionalmente en Europa al fichar con el FH Hafnarfjörou y luego con el Stjarnam de la Liga femenina de Islandia. En 2013 con la selección se alzó con la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos, la primera medalla para el fútbol nicaragüense en esta competencia.

Cate es madre nicaragüense y padre estadounidense. Fue una de las jugadoras más prolíferas y de mayor calidad técnica y física que ha tenido la selección en su historia. Actualmente vive en Islandia y es entrenadora.

Ana no regresó a jugar con la Azul y Blanco después de 2015 y no fue precisamente por su lesión de la cual se recuperó, sino por las limitaciones que habían en la selección. “La primera vez que me convocaron habían cuatro personas en una habitación y teníamos que lavar nuestra propia ropa después del entrenamiento. No era un ambiente profesional pero en ese momento todos estábamos tan orgullosos de representar a nuestro país”, relata.

“Lo que más me frustró fue que sentí que a veces nos trataban como a niños. Tuvimos que entregar nuestros teléfonos celulares todas las noches en el hotel porque no confiaban en que nos fuéramos a dormir temprano por nuestra cuenta. Eso era una falta de profesionalismo y me hizo sentir como si fuera un niño en un campamento de verano, no un atleta profesional que representa a mi país”, dice. Asimismo Cate hace hincapié que aunque no sabe a profundidad cuál es el apoyo de la Fenifut en el fútbol femenino, siempre hubo complicaciones en el costo de sus boletos aéreos para viajar a Nicaragua.

“Mis experiencias con Dalila fueron en su mayoría positivas. Ella presionaba a la federación para que me permitiera volar desde Islandia para los partidos de clasificación, lo cual sé que era financieramente difícil en muchas ocasiones”, señala. Recientemente Sheyla Flores, la mejor jugadora de la última década del país ha decido cerrar la página con la Azul y Blanco. Su renuncia era una elección pensada desde hace varios meses.

Según Sheyla el motivo que derramó el vaso con agua y finiquitó su participación con el equipo
nacional fueron las diferencias con la nueva dirección técnica a cargo del brasileño Doriva
Bueno y los malos tratos.

Doriva cuenta con una basta experiencia en el fútbol, pero no fuera de la polémica. Fue destituido como seleccionador de Perú luego de estar vinculado sentimentalmente con una de las jugadoras, ahora es el técnico de la “nueva era” del balompié femenil de Nicaragua.

Empezó su dirección con una derrota 3-0 ante El Salvador, descartando a las legionarias. “La Dalila presentó a Doriva como el técnico de la nueva era del fútbol femenino. Yo honestamente siempre me llevé bien con Elna porque nos conocía bien como jugadoras, pero con este señor desde el inicio no hubo conexión. A él le gustan las jugadoras que solo saben decir “si señor”, que no le cuestionen nada. Es un desastre como se maneja la selección femenina”, explica Flores.

Sheyla asegura que no se convocó a las legionarias porque la federación dijo que no había dinero para pagar los boletos de las jugadoras. Fue una decisión conjunta que no se llamaran a las que militan en el extranjero.

“Yo no jugué mucho ante El Salvador porque decidí cuidarme y entrar de lleno para el próximo partido, pero el técnico me sacó de la alineación para el juego ante Honduras, cuando el preparador físico le dijo que ya estaba lista”.

Flores también señaló que el trabajo de Dalila López no ha sido eficiente, ni ha peleado por los
intereses de las jugadoras. “No nos tratan bien, nos miran por debajo de todo, las jugadoras somos cualquier cosa para ellos. Dalila dice que yo y mi hermana somos complicadas, solo porque alzamos la voz y decimos la verdad y eso a ellos no les gusta escuchar, no hay apoyo”, expresa. “Realmente me voy con una decepción grande, porque dí todo por mi país en la selección, pero no se nos trata de la mejor manera”, lamenta Flores.

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