No hubo milagros, ni sorpresas. La Selección Nacional Sub-17 no metió ni las manos en el Pre-Mundial de la categoría frente al gran candidato, México, y quedó fuera del proceso eliminatorio rumbo a Perú 2023. En ningún momento la Azul y Blanco compitió y solo se limitó a pararse sobre el césped por 90 minutos y esperar el saldo final de los goles recibidos.
La minúscula luz de esperanza que se escondía en el casual punto obtenido en el Torneo Forward UNCAF U-16 se apagó rápidamente y tras media hora de tortura, Nicaragua perdía 3-0 para luego encajar tres goles más en el resto del partido que fue un castigo para un equipo que, ni siquiera, se aproximó al marco rival.
Es importante ser claro, perder contra México no representa ningun fracaso y, por el contrario, se apega dramáticamente a nuestra realidad. Pero para perder existen formas y nuestras selecciones nacionales (tanto la U-20 como la U-17) han perdido el fondo dramáticamente frente a equipos fuertes como Estados Unidos y México, simplemente no competimos y nos limitamos a agachar la cabeza con la apuesta de tratar de recibir la menor cantidad de goles.
LA FENIFUT DEBE DE PROPONER CAMBIOS
¿Cómo cambiar nuestra realidad?
1. Atención integral a las Selecciones Menores
No basta con regar las redes sociales con fotos y con alineaciones vistosas. La FENIFUT debe, de forma urgente, brindar una atención integral a nuestras selecciones menores que incluya tratamiento y adaptación psicológica, acompañamiento nutricional, fortalecimiento físico y proyectos integrales. Sin embargo, el gran reto es encontrar el roce internacional de altura para nuestras selecciones lleguen a los torneos con el recorrido suficiente para poder competir.
2. Que se acabe la diferenciación entre selecciones
Mientras la Selección Nacional Mayor goza de grandes privilegios, de un cuerpo técnico exclusivo y de una maquinaria completa para programar partidos internacionales, las selecciones menores se mantienen atadas a la, ya demostrada, incapacidad de la FENIFUT. Para este partido, único, la U-17 tuvo cuatro partidos de preparación que incluyeron dos partidos contra Costa Rica y dos contra El Salvador mientras que su rival, México, sostuvo una intensa gira europea.
Las selecciones menores requieren de la misma estructura y de los mismos esfuerzos para poder experimentar un verdadero crecimiento y buscar participación permanente en torneos regionales o internacionales.
3. Seleccionadores de verdad
Para ahorrarse unos chambulines, la FENIFUT ha decidido seguir un proceso que fracasa permanentemente. Manuel Quintanilla y José María Bermúdez se niegan a contratar a seleccionadores nacionales de manera permanente y siguen apostando por empleados a medio tiempo como Tyrone Acevedo y Jaime Ruiz. Acevedo es técnico del CD Junior y Ruiz asistente en Walter Ferretti y ambos reciben un “viático” de parte de la Federación.
Mientras otras selecciones desarrollan procesos serios para identificar talento, diseñar metodologías, trabajar procesos, Nicaragua invierte a “guate mojado” para que la plata rinda. Lo extraño es que la misma Federación tiene como empleados a Marco Antonio Figueroa, su extenso cuerpo técnico y a Javier Salinas. El primero se da una vida de lujos excesivos y permanentemente comparte en redes su afición por el alcohol importado y por los habanos, además de su demostrada capacidad para comentar sobre las ligas de fútbol de México, Chile y Europa.
El chileno cobra cerca de $30,000 mensuales para el y sus asistentes mientras que Javier Salinas cobra otra amplia cantidad para pavonearse con el escudo de la Federación en las altas esferas regionales, para colocar su nombre en revistas y para generar rédito, de nuestra parte, para sus contactos cercanos como Keuka o empresas de matchmakers.
Dentro de ese mundo de lujos, no hay espacio para las selecciones menores porque, tal y como dijo en su momento George Orwell, “todos somos iguales, pero unos somos más iguales que otros”. Las selecciones menores necesitan de un coordinador general y de un seleccionador dedicado a tiempo completo para dedicarse a desarrollar la base de lo que podría llegar a ser el verdadero desarrollo de nuestro fútbol.
4. Buscar talento
A diferencia de lo que hace Marco Antonio Figueroa, quien ha decidido abandonar la búsqueda de talento con raíces en Nicaragua para irse por la fácil, FENIFUT necesita desarrollar un programa de scouting e identificación de jugadores en el extranjero para ir creando procesos desde la U-15 hasta la U-23 para que sirva como un semillero para la Selección Nacional mayor.
Costa Rica, España y Estados Unidos son los países en donde la comunidad nicaraguense es notable y en donde se pueden identificar al talento joven para presentarle un proyecto y hacer crecer la apropiación con la camiseta azul y blanca.
5. Aprovechar oportunidades
No todo está en manos de la FENIFUT y sus dirigentes. Nuestros jugadores también tiene que tener la capacidad de aprovechar oportunidades para aportar en el crecimiento de nuestro fútbol. Recientemente Widman Talavera dejó escapar una buena oportunidad en Portugal y Darwin Corrales, casi en secreto, abandonó una opción para crecer en el fútbol de Israel.
Las oportunidades aparecen pocas veces y sin nuestros jugadores no las toman, también será difícil poder crecer.